Materiales: Plata ley 975, baño en oro de 24 kilates.
Incluye dije o prendedor
#HechoaMano
Técnica: Filigrana
«Todos los que por aquel tiempo recorrían las calles de Macondo tenían que hacer sonar su campanita. Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo» Cien años de soledad
Muchas son las citas de la obra del Nobel colombiano Gabriel García Márquez que por estos días de pandemia se han compartido a propósito de la situación que enfrentamos, tema recurrente para el escritor en varias de sus novelas, dándose en Macondo el hecho esperanzador de que triunfaremos, quedando demostrada una vez más la vigente precisión y pertinencia de “Cien años de soledad”.
Son optimistas las noticias del hallazgo de la vacuna, que todos esperamos llegue pronto, a Macondo fue llevada por el prodigioso Melquiades “un fugitivo de cuantas plagas habían flagelado al género humano” quien “sobrevivió a la pelagra en Persia, al escorbuto en el archipiélago de Malasia, a la lepra en Alejandría, al beriberi en el Japón, a la peste bubónica en Madagascar”, tal como este personaje debemos escapar al contagio, manteniéndonos vivos no solo hasta que se de tan esperado momento por la humanidad, sino hasta su posterior distribución mundial.
“Reunió a los jefes de familia para explicarles lo que sabía sobre la enfermedad, y se acordaron medidas para impedir que el flagelo se propagara” Cien años de soledad
Mientras el milagro sucede debemos poner en práctica las medidas acordadas en Macondo, las cuales impidieron el esparcimiento del contagio, control que ejercían por medio de las “campanitas” que portaban las personas que lograban mantenerse sanas al seguir los estrictos cuidados y recomendaciones, lo que las convierte en el símbolo de que saldremos adelante tal como lo hizo esta “la primera aldea global de América Latina y del mundo” como ha denominado el escritor británico Gerald Martin a Macondo.
Por tal razón PAZappORTE Colombia, empresa de turismo que recorre el país siguiéndole las huellas a los personajes reales e imaginarios de la literatura, y que por medio de su proyecto “Artesanos de Macondo” crea artesanías derivadas del realismo mágico, ha diversificado la oferta de pescaditos de oro, mariposas amarillas, esteras voladoras y demás objetos descritos y puestos en valor por la obra garciamarquiana con este nuevo producto, se trata de “las campanitas de Macondo” elaboradas por artesanos del país rural que con sus manos y a través de fina técnica filigrana fabrican piezas magistrales que además de su belleza estética “cuentan” fantásticas historias. De esta forma seguimos apoyando a los orfebres de la Colombia oculta que han visto afectada su labor, por lo que a través de estas innovaciones en producto se espera que poco a poco el trabajo recobre su ritmo.
“Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo” Cien años de soledad
Si bien en nuestros viajes por Colombia a través del realismo mágico por costumbre se les entregaba a los viajeros “animalitos de caramelo” que Úrsula Iguarán producía en Macondo, ahora les pondremos “campanitas”, dado que a través de los primeros se contagiaron algunas personas y por medio de estas últimas dicho contagio fue controlado; pero no solo son para uso exclusivo de los turistas dado que también están disponibles para todo aquel que las quiera portar como lo hicieron en Macondo las personas que se mantuvieron indemnes.
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